CAMPO Y TRADICIÓN
En esa tierra plana donde casi no hay arroyos
ni ríos, la mano del hombre construye alfombras amarillas
de girasol o zurce cuadros de distintos verdes como
tejidos a mano, que representan la metáfora y la utopía
de una Argentina agro exportadora: El granero del
Mundo. Es común en esta región encontrar entre 5 y
10 mil hectáreas sembradas de un mismo cultivo.
Hay centenares de charcos y lagunas como gotas que
brotan en esta tierra de trabajo. Allí se puede pescar
-hay buena pesca-, cabalgar y rodar en 4x4 sus campos,
y en sus numerosas estancias se ofrecen buen alojamiento
y comidas típicas.
Las ciudades y pueblos de esta región tienen
despertares apacibles, tardes de buenas siestas y
encuentros nocturnos donde compartir un vino, una
comida o una guitarreada que invitan a intercambios
sociales frecuentes. Sólo hay que estar dispuesto.
En el norte y al oeste, como en casi toda nuestra
provincia, vive la tradición. Hombres camperos, gauchos
de ley como Atahualpa Yupanqui, Ricardo Güiraldes
o Pancho Sierra que desde las letras, las bordonas
y sus obras han demostrado que lo más válido en esta
región es la amistad.
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