Por la Ruta Provincial Nº 3,
y la Ruta Nacional Nº 147, que conducen a la
Provincia de San Juan, a unos 25 kilómetros
de la Ciudad de San Luis se halla la localidad de
San Jerónimo que, al igual, que su antecesora
Balde, es ampliamente conocida y apreciada por sus
benéficas aguas termales.
Ellas emergen de un pozo a 451 metros
de profundidad, con una temperatura promedio de 39º
C. Son ideales para la tonicidad del cuerpo, y se
emplean como vigorizantes viriles. También
se utilizan para el tratamiento de afecciones reumáticas,
artritis y enfermedades linfáticas.
Para el viajero, la villa cuenta
con alojamiento y restaurante.
Unos 20 kilómetros más
adelante, hacia la izquierda, y recostada sobre las
Sierras del Gigante, se muestra el caserío
de La Calera, un conglomerado urbano que nuclea a
los trabajadores de la cal y el cemento, aquellos
productos que sirven para la construcción de
las agrandes ciudades, y que se producen gracias a
las bondades de las inmensas montañas que rodean
la zona.
Más al norte, se llega
a Hualtarán, pequeña aldea que se ha
convertido en la entrada natural a un tiempo remoto,
detenido para el deleite de los sentidos, las Sierras
de las Quijadas
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