Funciona en la casa que perteneciera a la familia del
Obispo Colombres; en una de sus habitaciones, se dice,
murió este singular religioso.
Esta construcción de arquitectura simple, data
del período poscolonial y salvo por algunas modificaciones
en el interior y en su fachada, la casa conserva intacto
el espíritu de aquella época.
El Museo Folklórico fue fundado por resolución
del poder ejecutivo de la provincia en 1943. Sus exposiciones
presentan excelentes muestras de la artesanía popular
y folklórica de Tucumán y otras provincias
norteñas. Un gran número de elementos, de
distintas procedencias y materiales se exponen en este
lugar como muestra de la importancia y calidad de la producción
no industrializada.
Museo
de Bellas Artes
Dirección: 9 de Julio 48
Este importante edificio fue construido en 1908 para ser
utilizado como sede del Banco de la Provincia. Con una
inconfundible influencia francesa, su fachada resulta
imponente y majestuosa.
Durante mucho tiempo el lugar albergó al Consejo
de Educación, hasta que, en 1977, fue convertido
en el Museo de Bellas Artes.
En su interior puede apreciarse un completo recorrido
de la pintura tucumana a través del tiempo, con
obras de Ignacio Baz, Nieto Palacio, Navarro, Mossi, Ferragni,
Lobo de la Vega, Linares, Legname, Salas, Gatti y otros.
Además también hay obras de autores argentinos
como Quinquela Martin, Pio Colavadino, Victorica, Pettoruti,
Silva, Nao Entyre, Soldi, Gómez Cornet, Policastro,
Ballester Peña, etc; y de algunos extranjeros como
Foujita y Nanzoni.
Entre las esculturas pueden mencionarse obras de Iramain,
Alonso, Dato, Badff, Musso, Fernandez Larrinaga, Vanz
y De la Nota entre otros.
Permanentemente se realizan en el museo exposiciones temporarias,
tanto de autores tucumanos como de invitados argentinos
en general.
Fundación
Miguel Lillo
Dirección: Calle San Lorenzo esq. Miguel Lillo
La fundación Miguel Lillo es una de las instituciones
de ciencias naturales más importantes de la Argentina
y de Sudamérica.
Fue fundada por el eminente investigador y naturalista
Miguel Lillo, que donó, en diciembre de 1930, a
favor de la Universidad Nacional de Tucumán, una
manzana completa de terreno con su casa solariega, su
biblioteca, sus colecciones de zoología y botánica
más una suma de dinero con la condición
de que se organizara con ello un centro destinado a la
investigación y al estudio de las ciencias naturales.
Hoy, rodeado de un parque majestuoso, se encuentran los
edificios de la fundación, algunos de ellos modernos
y de reciente data, símbolos de continuación
y crecimiento del deseo de Lillo.
Junto a los muros en ruina de lo que fuera la casa del
investigador, a los que se protege como reliquias, en
instalaciones nuevas, se atesoran innumerables colecciones
de mineralogía, zoología y botánica.
En la Fundación puede hallarse un herbario con
590.000 ejemplares; además de una importantísima
colección de zoología y las de geología
y paleontología no son menos.
La visita al lugar ofrece interesantes exposiciones de
ciencias naturales y también la posibilidad de
dar un paseo por el inquietante parque que rodea los edificios,
en el que pueden observarse innumerables variedades de
especies vegetales.
Casa
Histórica de la Independencia
Dirección: Congreso 151
En esta casa que perteneció a la tradicional familia
Bazán, fue declarada la independencia de Provincias
Unidas el 9 de Julio de 1816.
Se trata de una antigua casa colonial, reconstruida a
base de fotografías y documentos de la época.
Tiene una sola planta en la que las habitaciones se reparten
alrededor de un gran patio.
El salón que está ubicado al fondo del mismo
es el que se utilizaba para las reuniones del congreso
y conserva su estructura original. Hay también
un segundo patio que hace gala de un aljibe típico
y finalmente un tercer patio recientemente habilitado
que tiene salida a la calle 9 de Julio, en sus paredes
están colocados, desde hace unos años, los
valiosos relieves de la escultora tucumana Lola Mora.
Los salones de la casa están adornados con retratos
de próceres argentinos, arcones y muebles de la
época colonial y los sillones y la mesa utilizados
en la histórica sesión.
Debido al mal estado en que se conservaba, en 1903, se
dispuso por medio de un decreto demoler toda la casa a
excepción del Salón de la Jura; para resguardar
esta construcción se realizó un templete
de estilo francés, con rejas y cristales. El curioso
templete dejó al salón como una pequeña
casita en su interior, a la que se ingresaba tras cruzar
un pórtico de rejas y un amplio atrio con palmeras
y, a cuyos costados se emplazaron dos altorrelieves de
la escultora tucumana Lola Mora.
Finalmente, en el año 1941 fue autorizada su reconstrucción
en la forma original (la misma estuvo a cargo del célebre
arquitecto Mario J. Buschiazzo) y el 12 de agosto de ese
mismo año fue declarada Monumento Histórico
Nacional.
Casa
del Obispo Colombres
Dirección: Parque 9 de Julio
La Casa del Obispo Colombre es uno de los más interesantes
ejemplos de casonas coloniales de fines del siglo XVIII.
Consta de dos plantas con escaleras de vigas de quebracho
que datan de su época de construcción. El
lugar fue restaurado por última vez alrededor de
1913.
En su interior se conservan los muebles que pertenecieron
su dueño, el Obispo Eusebio Colombres, también
algunos retratos de próceres argentinos pintados
por Lola Mora y colecciones de monedas y billetes antiguos.
Muy cerca de la casa se alza el primer trapiche azucarero
que hubo en Tucumán, construido en madera de quebracho,
se trata de lo que quedó de la fábrica que
el presbítero hizo instalar en su finca, dando
así origen a la primera industria del norte del
país.
En una construcción contigua se guardan las viejas
pailas, las cucharas y el calicanto. Próximo a
una de las paredes laterales de la vivienda está
instalado el trapiche a vapor que reemplazara al anterior
en los últimos años del siglo pasado.
La casa fue declarada Monumento Histórico Nacional
en agosto de 1941.
Casa
Padilla
Dirección: 25 de Mayo 36
Esta casa que data aproximadamente de 1870, llama notablemente
la atención por el tratamiento de su fachada con
pilastras, cornisa, molduras y rejas de hierro forjado
que son las características más sobresalientes
de la arquitectura italiana. Fueron estas especiales características
arquitectónicas las que a lo largo del tiempo determinaron
su conservación.
Perteneció al gobernador José Frías,
quien dividió la casa en dos partes y las entregó
en vida a sus dos hijos. Así fue como doña
Lastenta Frías de Padilla se instaló allí
con su esposo Angel Cruz Padilla, intendente municipal.
Los descendientes de Padilla donaron los muebles originales
de la casa, con lo que se pudo organizar un museo mobiliario,
ambientado de forma tal que trasmite una ideal de lo que
fueron las casas interiormente en el siglo pasado.
Museo Histórico
Casa de Avellaneda
Dirección: Congreso 56
La Casa de Avellaneda se encuentra en pleno centro, a
unos pasos de distancia de la Plaza Independencia. Su
construcción fue autorizada en 1835 por el gobernador
Jose Manuel Silva y el ingeniero que diseñó
los planos fue Pedro Delgare Echeverry, quien también
proyectó la Iglesia Catedral.
Esta vieja casona fue durante mucho tiempo uno de los
centros de la vida social de Tucumán, también
funcionó como vivienda para políticos de
distintas extracciones, como Marco Avellaneda -líder
de la liga del norte en oposición a Rosas-, el
presidente Nicolás Avellaneda, los gobernadores
Agustín Justo de la Vega y Juan Manuel Teran.
Durante algún tiempo fue llamada la casa de las
cien puertas, ya que era ese el número exacto de
puertas que tenía y, curiosamente, carecía
de ventanas. Actualmente, después de haber sido
refaccionada, quedan sólo cincuenta puertas. Espléndidas
vigas y tirantes de quebracho trabajado con hachuela,
la carpintería y los herrajes, son todos originales
de la época. Se trata de una de las pocas construcciones
de comienzos del siglo pasado que se conserva prácticamente
intacta.
Desde 1976 se instaló en la Casa de Avellaneda
el Museo Histórico de la Provincia de Tucumán.
Cuenta con 11 salas de las cuales 9 fueron destinadas
a exposiciones permanentes y las dos restantes a temporales.