Vendimia de La Paz

Al Este, limita con la provincia de San Luis separada por el río Desaguadero, cuyo cause es apto para deportes aventuras como el canotaje. En la llanura paceña encontramos un prolijo viñedo o una pintoresca iglesia de adobe, lugar de encuentros de sueños y anhelos. La actividad de los paceños aún no vencidas por la industria, es la fabricación de escobas.

Esperanza y trabajo fue el slogan en que se basó este departamento para describir a su gente. La simpatía de la nueva soberana, Sonia Araceli Lambas.

El sábado en la noche, bajo un cielo estrellado, se congregaron más de 3.000 paceños en el estadio municipal para deleitarse con un espectáculo, donde el pasado y el presente se entrelazaron en cada pasaje de la obra escénica. La Paz

“La Vendimia de un nuevo tiempo” comenzó a vislumbrarse a las 22, cuando Perico de Giuseppe y su conjunto Raíz, oriundos de La Paz, subieron al escenario para dar un concierto folklórico que todos los presentes ovacionaron, especialmente cuando cantaron dos temas de su autoría, “De profesión junquillero” y “La chacarera del Pulio”.
A las once de la noche, con una escenografía digna de admirar (una bodega abandonada, donde los toneles rodeados de fantasmas, sobras, ratas y arañas, se preguntaba el por qué de su abandono y olvido), comenzó la historia de un pueblo que confía en que sus jóvenes rescatarán la esencia de un pueblo labriego, que aún no ha perdido la esperanza.
Los distintos pasajes de la historia estuvieron mechados con danzas, que recreaban un escenario pleno de color y anécdotas de la región, donde la viña es una de sus más importantes fuentes de trabajo.
De repente apareció en escena un poeta loco y soñador, que su principal aspiración era presenciar un amanecer de luz y fe. En ese momento y bajo un cielo iluminado, llegó el nuevo milenio y con él las parras llenas de grandes racimos, que los cosechadores recolectaron en tachos y los descargaron en un camión, quedando así la ilusión del poeta cumplida.
Cerró el espectáculo una copa de vino que se encontraba a la derecha del escenario y que despedía coloridos fuegos de artificio, ofreciendo un brindis a toda la gente que allí se encontraba. Al finalizar la obra, había llegado la medianoche y con ella la presentación de las reinas, que representaban a distintas entidades de La Paz, Centro Cultural, Defensores del Este, Villa Quiroga, Villa Antigua y Desaguadero.
Las cinco bellas soberanas saludaron a su pueblo y los presentes, a su vez, aclamaron sus nombres en medio de carteles y cánticos, dándoles ánimo para alcanzar la corona.
En lo alto del escenario se encontraba Viviana Funes, quien llegaba al final de su reinado y entre saludo y saludo, dejaba ver una emoción que anticipó lo que fue la coronación final.
En ese momento, 220 personas ya estaban preparadas para emitir su voto y depositarlo en la urna, la que luego fue abierta sobre una mesa en la que se encontraban presentes, directivos de las distintas entidades que participaron en la elección.
Minutos más tarde y en medio un ambiente caldeado por la ansiedad, se supo que Sonia Araceli Lambas, representante de Villa Quiroga, era la nueva soberana de La Paz.
Lorena Lorca, quien regaló un reinado nacional a su pueblo en 1996, junto a Alicia Raquel Albet, quien representó a La Paz, en 1937, acompañadas por el intendente Sergio Pinto, fueron las que coronaron a la nueva reina departamental, como así también a la virreina, Vanina Blanco, de Centro Cultural.

Natalia Valeria Sosa fue coronada reina departamental en el marco de la fiesta “Hechizos... de Vendimia”. La celebración rescató la presencia de los aborígenes y la confluencia con los colonizadores.

La joven paceña representó al Centro Cultural y se consagró como soberana del departamento, luego de una reñida elección donde obtuvo 67 votos.

Como virreina departamental, fue coronada Valeria Elisa Blanco que representó a la unión vecinal barrio San José, y cosechó 52 sufragios.

Las bellas candidatas fueron elegidas por el público que asistió a la fiesta y en la oportunidad se emitieron 188 votos.

A la principal celebración cultural para los paceños asistieron unas 3.000 personas que llegaron el predio comunal.

En representación del gobernador, Roberto Iglesias, asistió el subsecretario de Cultura, Guillermo Romero.

Por otra parte, no dejó de llamar la atención la gran cantidad de funcionarios de segunda línea del gobierno provincial que recorrieron más de 180 kilómetros para no perderse la celebración organizada por el intendente aliancista Sergio Pinto.

Así ocuparon los primeros asientos responsables de distintas áreas del ministerios de Salud. Tampoco perdieron la oportunidad, el intendente de las mismas filas partidarias, Ricardo Mansur, y una gran cantidad de concejales de distintos departamentos de la región y que comulgan con el partido de Hipólito Yrigoyen y Leandro Alem.

Pero la presencia de los políticos que se observaban en distintos lugares no ocuparon la atención de los paceños.

En realidad la gente depositó su sonrisa y ovacionó a las reinas que años anteriores representaron a La Paz.

Pero el verdadero hechizo de vendimia lo mostró la ex-reina nacional, Lorena Lorca. “Es la mujer más hermosa del departamento”, afirmó una señora del lugar, mientras aplaudía a la joven Lorena que saludaba al público como si todavía cosechara votos.

Magia Vendimial

El libreto se centró en la civilización aborigen y la llegada de los inmigrantes.

Bajo este argumento, el sencillo escenario mostró, a través de cajas lumínicas, las antiguas vasijas utilizadas por los indígenas, tampoco faltaron, el sol, las estrellas, los ríos, los frutos de la tierra, y el antiguo castillo que identificó al departamento.

Así la fiesta comenzó con la presencia del dios de todas las tribus, Hunuc Huar, que junto a una hechicera crearon el cielo, la tierra, y todas las bellezas naturales.

Luego, apareció el hombre aborigen que habitó las tierras del Cuyum y, con sus lanzas y amor construyó canales y acequias.

Ya en la segunda parte, aparecieron los colonizadores que despojaron a los lugareños de sus tierras. Con esta imagen se hizo una muestra de malambo.

El momento culminante lo mostró la presencia de los indígenas que llegaron con sus caballos pintados y subieron al escenario para enfrentar a quienes aparecieron desde otras tierras.

A partir de este enfrentamiento, la hechicera unió a los pueblos bajo la cultura vendimial y a través de una ranchera. El cierre lo marcó la cosecha con el tradicional asado. Y, finalmente, la aparición de las nuevas generaciones con una visión esperanzadora para los paceños.

1997
Carolina Gisela Guzman

1998
Lis Anabelia Sosa

1999
Viviana Andrea Funes

2000
Sonia Araceli Lambas

2001

Natalia Valeria Sosa