RESERVA PROVINCIAL DE USO MULTIPLE SALINAS
GRANDES
Ley 6964/83 de Áreas Naturales de
la Provincia de Córdoba
La extrema rigurosidad del ambiente que presentan
el lugar, hace que no exista población humana estable
en el territorio. Una región desolada, en donde una
mirada nos bastaría para afirmar que nada allí
puede subsistir. Sin embrago, la sabiduría de la naturaleza
ha creado las condiciones para que determinado tipo de especies
animales y vegetales pueblen los solitarios territorios de
las salinas, que se extienden cubriendo con su manto, una
superficie aproximada de 200.000 hectáreas.
En esa inmensidad de suelos claros y áridos, se encuentra
el refugio Vida Silvestre Monte de las Barrancas que se expande
entre los paisajes de bosque chaqueño, arbustal y playas
salinas. Este es uno de los habitad naturales del puma, el
gato montes de las salinas, el guanaco, el quirquincho, la
liebre criolla y el conejo de los palos. Mantiene además
una multiplicidad de aves. Alguna de ellas como el águila
coronada, el halcón aplomado, la monjita de las salinas
o los aguiluchos, surcan en libertad los cielos del lugar,
mientras que otras como el ñandú, recorren los
senderos de la región en busca de alimento, otorgando
un encanto particular a la vista. La vegetación está
conformada mayormente por algarrobos, quebrachos, chañares
y cardones, bajo los cuales desarrollan su vida las tortugas
de tierra, la ampalaguas y las yarará chicas.
El Refugio, alberga ejemplares de especies en franco retroceso
numérico en la provincia. Si es invierno, podemos caminar
tranquilamente por el suelo salitroso de la reserva. En verano
en cambio, y al ser un bajo, la extensión se llena
de agua presentado la imagen de mil flamencos que paseas por
el lugar.
El acceso a la región se abre por la ruta nacional
60, con dirección norte, recorriendo los departamentos
de Tulumba y Cruz del Eje. Una vez allí, asistiremos
a las imponentes vistas de uno de los ambientes salinos más
singulares de Córdoba, en donde crecen vegetales y
animales de los dominios Chaqueños, que se conjugan
con otras especies propias de la región salina. Una
vez allí, entonces, asistiremos a las manifestaciones
de un paisaje que alberga toda la magia y la sabiduría
de la naturaleza.
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