MONUMENTO NATURAL
BALLENA FRANCA AUSTRAL
DISTRIBUCIÓN
GEOGRÁFICA EN ARGENTINA: Litoral Marítimo Atlántico, teniendo
como principal área de cría las aguas vecinas a la Península de Valdés:
Golfo Nuevo, Golfo San José y Caleta Valdés. Se conocen igualmente
registros para Mar del Plata, Bahía Blanca, Tierra del fuego, Georgias del
Sur e Islas Malvinas.
FUNDAMENTOS DE SU
CREACIÓN: Proteger a la Ballena
Franca Austral, especie considerada en peligro de extinción y una de las
mayores que puede observarse en nuestro territorio, considerando que posee
uno de los pocos lugares de reproducción y cría en aguas territoriales
argentinas.
HISTORIA-ANTECEDENTES DE SU
CREACIÓN: Las Ballenas Francas fueron desde la antiguedad, una
de las primeras especies en ser cazadas. Aún antes del siglo XII los
franceses y españoles las perseguían desde pequeños botes a remo,
empleando, para matarlas, arpones que arrojaban con la fuerza de sus
brazos. Durante los siglos XVIII y XIX la explotación llegó a tal punto
que la Ballena Franca del Hemisferio Norte fue prácticamente extinguida.
Ante esta situación las flotas balleneras, en especial las inglesas y
norteamericanas, se dirigieron hacia los mares australes, comenzando a
diezmar las poblaciones de ballenas de esas aguas. La razón de esta
persecución estaba dada por la facilidad con lo que podían ser atrapadas.
En efecto, esta ballena es un animal lento y, para suerte de los
cazadores, flota al ser muerta, a diferencia de otras ballenas a las que
hay que inyectarles aire para evitar que se hundan. Estas características,
sumadas a su alta producción de aceite, pues cada individuo podía rendir
unos 40 barriles, equivalentes a 7.200 litros, le valieron el nombre
inglés de "Right Whale" o sea la ballena correcta, "franca", ideal para
cazar. Teniendo en cuenta la gran disminución poblacional que sufrió esta
especie, el gobierno nacional le otorgó la protección máxima nombrando
Monumento Natural a todas las Ballenas Francas que se registren en aguas
jurisdiccionales de la Nación.
DESCRIPCIÓN
GENERAL: La Ballena Franca Austral presenta un cuerpo curvado y
no posee aleta dorsal. Las hembras adultas miden unos 13 metros, en tanto
que los machos son un poco más cortos, alcanzando los 12 metros, sin
embargo se han observado hembras de 16 metros. Los ejemplares adultos
pueden llegar a pesar entre 30 y 40 toneladas. La cabeza de estos animales
representa el 25% del largo total del cuerpo. En la boca, que tiene forma
curva, se disponen unidas a la mandíbula superior, unas 260 placas o
barbas córneas, llamadas originariamente "baleen", de donde proviene el
nombre castellano de "ballena". Cada una de estas mide unos 2,50 metros de
largo. La utilidad de estas barbas se pone de manifiesto cuando el animal
se alimenta, sirviéndoles de filtro o "colador" para retener su comida. Su
principal alimento lo constituyen unos pequeños camarones conocidos como
Krill. En presencia de un gran banco de estos microorganismo, que el
animal hace ingresar a la cavidad bucal junto con el agua, la que luego es
expulsada hacia el exterior a través de las barbas. Una de las
características más distintivas de la Ballena franca Austral es la
presencia de callosidades, que se distribuyen en la parte superior y
costados de la cabeza, siendo exclusivas de esta especie de ballena ya que
ninguna otra las posee. La más grande y llamativa de estas callosidades es
el "bonete" ubicada en la punta de la mandíbula superior. Estas
formaciones son placas de epidermis engrosadas y endurecidas que, por lo
general, se hallan habitadas por grandes cantidades de un peculiar
crustáceo, vulgarmente llamado "piojo de la ballena", que les da una
coloración blanca, amarilla, anaranjada o rosada. La distribución,
dimensiones y formas de esas callosidades son particulares para cada
individuo y, a semejanza de las huellas dactilares, son utilizadas por los
investigadores para identificar a cada ejemplar. De esta manera se ha
llegado a diferenciar 600 animales que visitan la Península Valdés. La
piel de la ballena es lisa, elástica y de color negro, a veces moteada de
pardo y gris. Los ballenatos presentan un color más claro que los adultos.
Debajo de la epidermis existe una gruesa capa de grasa que tiene entre 14
y 36 centímetros de espesor, que la protege de las bajas temperaturas de
los mares australes. También presenta grandes manchas ventrales blancas,
de distinta forma y tamaño, además de manchas dorsales blancas o grises.
Ubicados en la parte superior de la cabeza e inmediatamente por detrás de
la callosidad denominada Brazola, se encuentran dos orificios por los que
el animal respira, los espiráculos. Al expulsar violentamente el aire de
sus pulmones, éste se condensa debido a la diferencia de temperaturas, y
dibuja dos columnas en forma de V, hecho que dio origen a la creencia que
las ballenas lanzaban chorros de agua. La gestación dura 12 meses y por
igual período de tiempo, la hembra amamanta a la cría o ballenato, que en
el momento de nacer mide 5,5 metros. Las hembras alcanzan su madurez
sexual entre los cinco a seis años de edad. Estos individuos con capacidad
de reproducción regresan, con intervalos de tres años, al área de
Península Valdés buscando aguas seguras y tranquilas, para parir una sola
cría. Los machos adultos, en cambio, son registrados generalmente todos
los años en la zona. La máxima concentración de ballenas se produce entre
Octubre y Noviembre, época en que pueden contabilizarse entre 350 a 400
individuos. Esto convierte a las aguas vecinas de la Península Valdés en
el área de cría más importante del Hemisferio Sur. Para realizar la cópula
varios machos acosan a una hembra y es probable que todos (o la mayoría de
ellos) tengan éxito en su cometido. Es frecuente ver en aguas del Golfo
Nuevo los grupos de cópula (tres machos y una hembra, por ejemplo), en los
que la hembra permanece invertida, con el vientre hacia arriba rechazando
los intentos de cópula de los machos. Dado que la hembra deberá girar para
respirar, los machos la rodean aguardando ese momento. Al finalizar la
temporada de cría, las ballenas comienzan su migración anual en busca de
alimento, recorridos que actualmente se desconocen. Algunos científicos
suponen que se acercan a las Islas Georgias, siguiendo los bancos de
Krill, en tanto que otros piensan que se dirigen hacia el mar abierto
entre el continente africano y el suramericano. |