Esta milenaria manifestación popular fue introducida en América por la conquista española, y se fusionó con otras modalidades de festejar la fecundidad de la tierra en nuestras regiones.

En las regiones de La Puna y La Quebrada de Humahuaca, el carnaval es simbolizado por un diablo que se desentierra de forma bulliciosa de una apacheta de piedra o un lugar mágico, brindando y bailando al compás de música de las anatas, erquenchos, sicuris, detrás de las comparsas, por las calles de los pueblos. Se tiran serpentinas y harina que son parte de este ritual, que tiene mucha algarabía y jocosidad que duran varios días, luego de este festejo comienza la triste despedida del Carnaval que se manifiesta con el llanto en el momento del entierro del diablo.

La característica del festejo es la participación de todos los concurrentes, es por ello que recomendamos estar con el espíritu predispuesto para tales eventos.


El rito

Todo dura una semana, donde los festejos se realizan acompañados de chicha (bebida alcohólica típica obtenida de la fermentación del maíz) y coca (se mascan las hojas de la planta o se hacen infusiones).

El gran festejo comienza el sábado de carnaval. A las cinco de la tarde, todos los presentes, tanto nativos como visitantes y turistas, se reúnen alrededor de cualquiera de los cinco mojones de piedra que se hallan en los montes y se procede a desenterrar al Diablo Carnavalero. ¿Qué es eso? El mismísimo Lucifer es sacado de un escondite, para salir de juerga con las comparsas y hacer de las suyas durante toda la semana.

El Diablo Carnavalero está representado por un muñeco de tela de color rojo de aproximadamente 1 metro, adornado con cascabeles, lentejuelas, espejos y plumas. Él simboliza al símbolo antropomórfico "rojo sol", que según la creencia es quien fecunda a la Pacha Mama (madre tierra), dando origen a las semillas, raíces, troncos, follajes y frutos de toda la región.

En cuanto el diablo es sacado de la tumba que lo alberga desde el año anterior, recibe honores, se brinda por él y se comparten los homenajes de la Pacha Mama en agradecimiento por las bondades de las cosecha. Pero ¡ojo! también se bendice a este diablo, para que no pueda hacer ningún mal, solo travesuras, y que se vaya sin chistar el día de su entierro, luego de la semana de fiesta.

Toda esta ceremonia la hacen las comparsas en los cerros, rodeadas de cientos de personas, tanto de la provincia como turistas, y de los diablos (hombres disfrazados de los que nunca se sabrá la identidad) que aparecen de la nada unos 10 minutos antes del comienzo de la ceremonia, corriendo por todos lados para empezar a seducir señoritas y para alegrar a la gente.

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